
La miseria, el dolor y de quienes lo provocan.
Necedad, necios; egos perdidos dentro de si mismos e ignorantes del absurdo.
Poderosos dementes, cráneos de boj con cerebros granates. Puños de acero ahora y de mármol tallado más tarde, en los cuales se posan escrutantes pájaros, símbolos de la inocencia inconsciente del que no mira donde pisa, e inevitable del que aún es demasiado joven.
Cuasifocles.
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