martes, 2 de junio de 2009

El cuarto mundo. (y I I )

Muerte de Sardanápolo, 1827.( Eugéne Delacroix)

Conversación conmigo mismo la noche después de escribir "El cuarto mundo".
Bueno, bueno, no es para tanto, por qué escribes semejantes cosas...lo único que puedes conseguir es acojonar a tus amigos. Es verdad, mañana quito la entrada...no, no la quites lo mismo alguien deja de fumar, ja ja...no creo, además quienes me conocen saben que siempre bromeo un poco con esos asuntos...¡a quién se le puede ocurrir banalizar semejante situación! ¡A mí!... Lo haces sin mala intención...además están los que pensarán: ...menudo gilipollas, y las guerras... y los que no tienen morfina ¡qué!... y a mí que me importa lo que piense la gente, escribes lo que te da la gana y se acabó...pero hay que ser responsable...¡joer! no me hace efecto la pastilla... otra vez la maldita ansiedad... ya son las cuatro... ¡maldita sea!... un día más... tienes que inventarte algo para pasarlo...pasarlo para qué, si será igual que hoy, que mañana...te quejas de vicio, pero si tienes hasta internet...no tengo pilas para la radio...has vivido bastante ya, has disfrutado con la música, tu gran ilusión, recuerda los centenares de conciertos en los que has tocado...ya estamos con el pasado, eso es como un sueño...no te autoengañes, esta noche es lo único que es real...tienes que aguantar como sea, sonríe hasta el último día, hazlo por tu familia, que sufren contigo, por tus amigos que vienen a visitarte, te escriben e-mails, se preocupan por ti...¿no has dicho siempre que eras una persona realista?...pues ahora tienes la ocasión de demostrarlo...

Cuasífocles (II-VI-MMIX)

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